Los presupuestos participativos mejoran ciudades

Desde el pasado lunes 14 y hasta el próximo domingo Badalona afronta el que posiblemente sea el proyecto más ambicioso de Dolors Sabater en la alcaldía, la votación popular que culminará la parte ciudadana del proceso de los presupuestos participativos. Y decimos la parte ciudadana porque a partir del día 28 la pelota pasará al techo de los diferentes grupos políticos, ya que, pese a que la coalición de gobierno se ha comprometido a hacer que el resultado de la votación popular sea vinculante, cabe recordar que no existe una coalición de gobierno con mayoría absoluta en el Pleno Municipal, y los presupuestos definitivos deberán ser aprobados vía Pleno.

Ahondando en lo que representan los presupuestos participativos, podemos afirmar que representan, como afirman diversos autores, una vanguardia en el proceso de participación local. Vivimos en una sociedad cada vez más hastiada de la política, que a su vez demanda mayores vías de participación política y una democracia cada vez más directa. Y los presupuestos participativos cumplen ambos propósitos. Permiten a la población decidir en que gastar el dinero del presupuesto municipal de forma directa. ¿Parece maravilloso, verdad? Pues en parte lo es. Y se debe al hecho que la gestión presupuestaria pasa a los ciudadanos, como hemos mencionado antes.

Los presupuestos participativos son un mecanismo relativamente jóven. La primera experiencia de este tipo de la que se tiene constancia se desarrolló en Brasil en 1989. A partir de entonces se han ido expandiendo poco a poco por diversos países europeos y de América Latina, preferiblemente en ciudades pequeñas y medianas, ya que es en este tipo de ciudades donde es más factible desarrollar este tipo de proyectos.

No obstante, como cualquier mecanismo de democracia directa, hacer presupuestos participativos también conlleva sus propios peligros. Estamos hablando de trasladar el poder decisorio del Gobierno a la población, y no podemos asegurar que estos vayan a decidir mirando al “interés general”, algo que sí deberíamos esperar de un Gobierno democrático. Es decir, esperaremos que cada ciudadano mire por su propio interés, primando el egoísmo por encima del bien de la comunidad. Y no es que sea algo malo, sino que es una mera expresión más de individualismo.

En el caso concreto que nos ocupa, Badalona, los presupuestos participativos son la demostración que este gobierno escucha a su población. Ante la multitud de críticas amplificadas por el entorno de García Albiol, el gobierno respondió con un plan para demostrar que escuchar a la población es algo más que hacerse fotos en la calle.

Y es gracias a esto que llegan los presupuestos participativos. Como parte del PAM, se establece una partida la cual podrán decidir los ciudadanos a que quieren dedicar, en un proyecto muy ambicioso (hasta la aparición de Barcelona, Badalona era la ciudad más grande de Cataluña en poner en marcha un plan similar).

El proyecto de los presupuestos participativos se ha puesto en marcha en diversas fases. En la primera, los ciudadanos pudieron presentar sus propuestas al Ayuntamiento. A su vez, el Consistorio presentaba las suyas propias. Durante esta fase, se fueron descartando las propuestas irrealizables, ya sea por falta de concreción en la misma o por la ausencia de competencias del Ayuntamiento para llevarla a cabo.

En la segunda fase, se han ido sucediendo unas sesiones participativas en cada Distrito. Badalona está dividida administrativamente en 6 distritos, que a su vez contienen 32 barrios diferentes. Estas sesiones, una en cada distrito, se desarrollaron durante la segunda quincena de Octubre, y sirvieron para, después de la primera criba, establecer una segunda criba, eliminando las propuestas más impopulares.

Y, por último, la fase actual. Cada ciudadano mayor de 16 años puede votar en la siguiente web, como si se tratara de una lista de la compra, hasta cubrir el presupuesto total. Son 8 millones de Euros para las propuestas de ciudad y 6 millones para las de distrito (cada ciudadano solo puede votar en un distrito). Este mecanismo se usa para evitar que, ante las previsibles diferencias de participación por zonas, haya un solo distrito que concentre todas las inversiones.

Uno podría pasar que una vez finalizada la votación, se acabaría el proyecto. Pues no. Cuando se hagan públicos los resultados comenzarán las últimas fases. En la cuarta le tocará al Gobierno alcanzar acuerdos con los partidos de la oposición, ya que si no logra aprobar el Plan de Actuación Municipal (en el que se incluirán los proyectos) éstos no podrán ser desarrollados.

Y por úlitmo, en la quinta y definitiva fase, los proyectos se transformarán en realidad.

En resumen, el proyecto de los presupuestos participativos es un gran salto adelante para Badalona, situando a la localidad a la vanguardia europea en este tipo de iniciativas. Es evidente que los resultados no gustarán a todo el mundo, que habrá algún actor municipal descontento porque su proyecto no se lleva a cabo, pero tenemos que afrontar con madurez los resultados y colaborar entre todos (ciudadanos y representantes políticos) para construir una ciudad mejor. Y iniciativas como ésta representan una gran oportunidad para empezar a hacerla.

PD: Si ya habéis votado, animad a vuestros familiares y amigos a hacerlo. Si aún no habéis votado, entrad en http://participa.badalona.cat/ y votad. Tenéis de plazo hasta el domingo 27 de Noviembre

Dolors Sabater, año 1

34’21% de voto popular, primera fuerza en 30 de los 32 barrios que componen la ciudad, y sin embargo, el 13 de Junio de 2015 X.G. Albiol pasó a la oposición en Badalona. Un gobierno tripartito, formado por Guanyem Badalona, ERC e ICV, arrebataba la alcaldía al PP, gracias al apoyo del PSC, que sin embargo no entró en el gobierno, y le concedió el bastón de alcaldesa a Dolors Sabater, activista de larga trayectoria pero sin pasado en la política activa.

Un año después de aquello, en Politiblog creemos que un buen momento para hacer balance sobre estos primeros doce meses de gobierno local en Badalona. Para ello, hemos preguntado a la ciudadanía, observado la acción de gobierno y los macrodatos económicos de la ciudad.

Por un lado, cabe recordar que, tras la aprobación de la reforma local en 2013, los ayuntamientos han perdido parte del poder que ostentaban anteriormente. La reforma hace hincapié en el control del déficit público y puede dar lugar a la recentralización de competencias por niveles superiores de la administración si estas no son bien gestionadas por los municipios.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el gobierno municipal es un gobierno en minoría, lo que les obliga a tener que negociar cualquier medida aprobada en el pleno (y que a veces les ha hecho tener que aprobar medidas contrarias a su programa). Y por último, es destacable recordar que enfrente han tenido a la maquinaria mediática de Garcia Albiol, que ha buscado generar polémica con cualquier situación posible.

Así pues, nos preguntamos, ¿realmente se aprecian cambios en Badalona en el último año? A nivel “cosmético”, por así decirlo, podríamos decir que sí. Por primera vez se han hecho presupuestos participativos, que, aunque sea una pequeña partida, es el punto de inicio de una estrategia que denota un interés por generar políticas que incentiven la participación ciudadana. A su vez, el pregón de ProActiva en las fiestas de Mayo muestra la intención de mejorar la imagen de Badalona en el exterior y ofrecerla como una ciudad abierta y solidaria. Son pequeños gestos que, pese a no tener prácticamente influencia en el gobierno, muestran los objetivos del mismo.

A nivel ciudadano, es más complicado responder a esa pregunta. Un año es poco tiempo para que la ciudadanía observe cambios en su entorno más próximo. Las quejas por el mal estado de la vía pública son una constante. A su vez, la inseguridad es una de las principales preocupaciones que muestran los ciudadanos. El desmantelamiento de la patrulla “Omega” (que, pese a que no implicó una reducción de agentes fue visto así por la ciudadanía) y el nuevo modelo de seguridad propuesta no ayudan a mejorar esa sensación. Sin datos aún disponibles para lo que llevamos de año, lo que sabemos es que en los últimos años los delitos se había reducido (no así las faltas). Se esperan los nuevos datos para julio, ya que se miden de Junio a Junio.

Para paliar los defectos en la vía pública, el ayuntamiento ya ha anunciado inversiones y la propuesta de cambiar todo el alumbrado público antes del fin de la legislatura. Pero no es suficiente. Para lograr paliar el descontento ciudadano debe mejorar la comunicación con la población. Es evidente que una ciudad mayoritariamente próxima a Albiol no parece en un principio proclive a aceptar a Dolors Sabater como alcaldesa (de hecho, aún no lo hace), pero aún puede cambiar. Puede cambiar si se acerca aún más a los ciudadanos. El líder popular tenía algo muy bueno, y era que daba la sensación de estar siempre en la calle escuchando a los vecinos. ¿Por qué no imitarlo? ¿Por qué no intentar ganarse a esa parte de la población que no te quiere?

Por último, a nivel político, el gobierno tiene mucho que mejorar. Primero, debe conseguir mejorar las relaciones con el PSC para garantizarse una legislatura tranquila (recordamos los fantasmas de moción de censura). También tiene que solucionar los problemas internos que tiene BeC (entre Podemos y la CUP), y, sobretodo, evitar polémicas. No con esto hay que pedirle al gobierno que limite su actuación, pero si que vigile como enfocarla. Un ejemplo de polémicas innecesarias, como fue la del “dimoniAlbiol, podría haber sido evitada si la comunicación entre los partidos que conforman el gobierno hubiese sido mejor.

Así pues, no se puede negar que la administración de Dolors Sabater ha intentado poner en marcha mejoras para la ciudad en este año. Sin ir más lejos, en el último año ha bajado el paro y se ha reducido la deuda pública, dejándola a niveles de 2010. Sin embargo, aún tiene mucho trabajo por delante. Los problemas de Badalona vienen de lejos y arreglarlos no será cuestión de meses, sino que será necesario un programa a largo plazo. Y ahí necesitará del apoyo de todos los grupos municipales para lograrlos.

Y a vosotros, ¿qué opinión os merece el gobierno municipal?

El «milagro» Albiol

Xavier García Albiol es un tipo peculiar, un político que no admite término medio. O lo amas o lo odias con todas tus fuerzas. Quizás esto deriva de su forma de ascender al poder, siempre envuelto en polémicas, pero también de su forma de ganarse a sus votantes, y lo más importante, a aquellos que nunca hubiesen votado al PP, siempre presente en las calles y transmitiendo la sensación que él no era como el resto de los políticos, que, allá dónde hubiese un problema, Albiol estaba allí para resolverlo.

Si observamos los diferentes resultados obtenidos por el PP en las elecciones realizadas en Badalona desde 2006, vemos como en cada ciclo electoral la elección municipal siempre es aquella en que los populares logran más votos.

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 ¿Y a qué se debe ésto? Es fácil. Xavier García Albiol. Allá por 2006, el actual líder del PP Català era un político relativamente desconocido. A pesar de ocupar un sillón de concejal en el pleno desde las elecciones municipales de 1991, en las que fue el único concejal electo del PP en Badalona, Albiol había sido un concejal de perfil bajo. Alguna polémica aislada, como aquel famoso puñetazo en un acto con Ángel Acebes, pero por lo general estábamos ante un candidato de perfil bajo.

Sin embargo, es de cara a las elecciones municipales de 2007 dónde empieza su despegue. Unas políticas anti inmigración utilitaristas y un discurso duro contra el PSC, en la alcaldía desde 1983, son la clave que le sitúa a solo dos escaños de los socialistas. Gran parte del mérito reside en este vídeo. De ahí a 2011, un ascenso constante. Albiol era ya una estrella a nivel local y empieza a hacerse un nombre a nivel nacional. Hay quien dijo que esa estrategia fue un globo sonda del PP para intentar acercarse a un votante más de derechas y combatir el posible ascenso de partidos de marcado tinte xenófobo. También hubo quien dijo que era simplemente una estrategia personal del candidato. Una cosa u otra, la realidad es que le funcionó, y en 2011 logró la alcaldía. Hasta hoy, un recorrido jalonado de polémicas, entre ellas la de los famosos panfletos contra los gitanos rumanos, que acabaron por llevar al entonces alcalde al banquillo de los acusados, aunque posteriormente fue absuelto.

Las dos preguntas que todo el mundo se hace es: ¿cómo puede hacerse el PP con la alcaldía de la que hasta hace poco era la 3era ciudad catalana por población? ¿Es Badalona una ciudad racista?

Responderemos primero a la segunda pregunta. Badalona no es una ciudad racista. Con una población inmigrante dentro de la media de su entorno, no ha tenido problemas de integración, más allá de alguna protesta vecinal aislada contra algún “piso patera”. Sin embargo, votantes clásicos del PSC se han pasado a votar al PP. La respuesta parece clara. El carisma de García Albiol lo ha eclipsado todo. Se recorrió la ciudad calle por calle denunciando la mala gestión de los socialistas, llegó hasta todos los barrios de la periferia con promesas de mejorar y de paliar el abandono sufrido por las diferentes administraciones.

En sus años en el Gobierno no ha importado que su administración haya hecho algo o no, lo importante ha sido vender que era una acción de gobierno. Es decir, no importó que el Paseo Marítimo fuese una obra presupuestada por el Gobierno Central (en su momento del PSOE) y ejecutada en su mayor parte por el PSC, para la ciudadanía el recuerdo que en que fue Albiol quien la inauguró, y por tanto, es el quien tiene el mérito por ella.

A esto se le suma el carisma. A pesar de sus polémicas, Albiol es tremendamente carismático. No negará a un ciudadano una foto o un segundo de conversación, dejando que les cuente sus problemas y prometiéndoles ponerle solución, aunque luego realmente no pueda hacerlo. Lo importante es que el potencial votante se siente importante. Ahí no tiene rival. Ninguno de los políticos a los que se ha enfrentado en el terreno municipal ha podido hacerle sombra en ese aspecto, y ahí están los resultados. El PP de Badalona ha limitado al máximo la marca “PP” en elecciones municipales para potenciar la marca Albiol, a sabiendas que a quién vota la población no es al partido, sino a su candidato.

A la vista de los resultados no podemos negar que la estrategia ha sido buena. Pese a perder la alcaldía en 2015, sus resultados han sido cada vez mejores, pero con el salto a la política catalana y al Senado nos queda una duda, y es si repetirá como candidato a la alcaldía. Él asegura que sí, y a su favor tiene que el partido no tiene otra figura que mínimamente se acerque a su carisma, pero en contra empieza a tener a sectores del partido que no ven con buenos ojos la acumulación de cargos que practica.

Y vosotros, ¿creéis que será candidato a la alcaldía de Badalona en 2019?

¿A qué juegas, PSC?

El pasado sábado, el PSC de Badalona realizó una consulta para pulsar la opinión de la ciudadanía sobre su actuación los primeros meses de la legislatura municipal. En ella, los socialistas preguntaban a todo aquel que se acercara (con indiferencia de si son o no afiliados, simpatizantes o votantes propios) por los diversos stands repartidos por la localidad sobre la labor del partido. Sorprendía, no obstante, que la quinta y última pregunta fuera la siguiente:

“Teniendo en cuenta la situación actual en la que se encuentra la ciudad, ¿qué crees que tendría que hacer el PSC de Badalona?”

Para responder a la cuestión, el partido propone tres opciones: Continuar en la oposición, negociar para entrar en el gobierno o  moción de censura. Para entender el porqué de las tres opciones, cabe ubicar la situación actual en su contexto. En las elecciones de mayo de 2015, el PSC obtuvo 4 concejales y un 14’09% del voto válido, en comparación con los 9 concejales y el 27’06% de los votos logrados en 2011. También cabe destacar que los de 2015 fueron los primeros comicios municipales en que los socialistas no fueron una de las dos fuerzas más votadas desde la restauración de la democracia, lo que, sumado a la pérdida de la alcaldía en 2011 (tras 28 años ininterrumpidos), supusieron un gran fracaso para la formación en la tercera ciudad más grande de Catalunya.

Tras las elecciones de 2015, el PSC se enfrentó a un dilema que representaba en gran medida la división del partido a nivel catalán. Por un lado, podía reelegir al actual líder del PP Catalán, el polémico Xavier García Albiol, para continuar en la alcaldía, mientras que por el otro, podría dar apoyo a una coalición de izquierdas que hiciera alcaldesa a Dolors Sabater, de Guanyem BDN en Comú. Al final, pese a las tensiones en la negociación, se inclinaron por apoyar un gobierno de izquierdas, pero sin entrar en él.

Y aquí es donde nacen los problemas que nos llevan al cuestionario del sábado. Desde el principio, el PSC ha mostrado evidentes tensiones con el gobierno. Es evidente que no se sienten cómodos con el hecho que el nuevo gobierno tenga un carácter independentista. Tampoco les gusta que miembros de la CUP ocupen cargos destacados en la corporación municipal. Dichas diferencias han sido mostradas por diferentes miembros del partido en los medios de comunicación y las redes sociales de forma cada vez más recurrente.

El PSC es consciente que podría tener la llave para forzar un cambio de gobierno, sin embargo, no tiene alternativas reales. Con Ciudadanos sumarían 5 concejales, y si CDC (el otro partido que no forma parte del gobierno) les apoyara, serían 6. Es irreal pensar en este momento en una rotura del gobierno municipal, de ahí que ni ERC ni ICV  vayan a ser proclives a apoyar una moción. Con 4 o 5 concejales no hay moción posible, y la única alternativa que les quedaría sería buscar los apoyos del PP, ya que los 10 concejales populares más los 4 socialistas serían suficientes para lograr la mayoría absoluta y tumbar el gobierno de Dolors Sabater. Pero, ¿apoyaría el PP al PSC para lograr la alcaldía teniendo más del doble de votos y escaños? La respuesta parece clara.

La situación ante la que nos podríamos encontrar a partir de esta semana es que el PP haya movilizado a sus afiliados y simpatizantes para que acudan a votar en masa y a pedir que la moción de censura incluya la vuelta de García Albiol a la alcaldía, ante lo cual el partido se posiciona y dice en redes sociales que bajo ningún concepto harán alcalde al líder de los populares. Otra posible alternativa podría ser que un acuerdo a nivel nacional genere como contrapartida un cambio de gobierno en Badalona, pero no parece probable ahora mismo.

Por otro lado, si sale victoriosa la opción de entrar en el gobierno, es de suponer que los socialistas vuelvan a negociar para intentar entrar. Pero si en el inicio de la legislatura no se llegó a concretar ningún acuerdo y teniendo en cuenta el aumento paulatino de las diferencias entre PSC y los grupos que conforman el gobierno, nada hace pensar que ahora podamos encontrarnos ante una situación diferente.

Así pues, la pregunta que todos en Badalona nos hacemos estos días es… ¿A qué estáis jugando, PSC?