¿Hacia dónde va la ANC?

El pasado sábado se vivió un hecho que podríamos calificar como insólito en la Cataluña actual: una manifestación proindependencia sin la presencia de la Assemblea Nacional de Catalunya (en adelante ANC), la entidad que en los últimos años ha organizado las multitudinarias manifestaciones de la Diada y que ha abanderado junto a Òmnium Cultural la lucha de la sociedad civil a favor de ese mismo fin.

Que la ANC no estuviese como organización promoviendo el acto dice mucho de la deriva a la que está sometida en los últimos tiempos la organización. Tras la marcha de Carme Forcadell, actual presidenta del Parlament, la ANC se ha visto envuelta en luchas de poder internas y externas para intentar controlar el liderazgo y el rumbo de la organización que amenazan con destruirla, llevándose por delante consigo parte del apoyo a los partidos independentistas.

La ANC creció desde su fundación bajo el paraguas protector del gobierno de Artur Mas, que le proporcionó la visibilidad mediática e institucional necesaria para hacerse importante dentro del sector independentista. Las diversas manifestaciones de la diada (que bordearon los dos millones de asistentes en sus diferentes ediciones) han sido la viva imagen del éxito de la organización. Sin embargo, en los últimos meses la ANC ha pasado a un segundo plano y ha sido más noticia por aspectos negativos que por sus éxitos.

Desde que se anunció la convocatoria de elecciones en setiembre, la ANC promovió la idea de presentar una lista conjunta independentista sin políticos, formada exclusivamente por miembros de la “sociedad civil” y que serviría para aglutinar el voto soberanista. No obstante, la CUP no cedió a la idea y no aceptó esa lista. ERC y CDC tampoco, pero aceptaron la idea de una lista conjunta con políticos e independientes. Tras las elecciones, la CUP volvió a mantenerse firme, no investirían a Artur Mas, que, pese a ser el número 4 de la lista independentista era el candidato de la formación. Tras dos meses de tensión, “PressingCUP” y negociaciones, al final Mas cedió, la CUP tragó y Carles Puigdemont se convirtió en el nuevo President de la Generalitat. Entre medio, la ANC organizó varias protestas, (entre ellas, parte de sus miembros se pusieron en huelga de hambre, aunque sin apoyo de la orgnaización) para reclamar la investidura de Mas.

Y por último, el sábado. La CUP promovió la campaña “sensepor” (sin miedo), en apoyo de los alcaldes y cargos públicos imputados por desarrollar el mandato popular y la consulta independentista del 9N, una campaña que en teoría tendrían que apoyar todos partidarios de la independencia. Sin embargo, desde CDC ridiculizaron la campaña, y , por su parte, ERC, Assemblea y Òmnium evitaron mostrar apoyo en público, aunque cargos fueron a la manifestación a título personal. A todo esto, en el horizonte cercano la ANC tiene unas elecciones a su secretariado general que amenazan con acabar de dinamitar la organización.

Así pues, quedan varias preguntas en el aire:

  • ¿Por qué la ANC no apoya la desobediencia al Gobierno Central cuando, por otra parte, ha promovido una Declaración Unilateral de Independencia (la famosa DUI)?
  • ¿Por qué desde el Govern de la Generalitat evitan mostrar su apoyo a una manifestación que buscaba secundar a los alcaldes imputados por desarrollar la consulta del 9N, convocada por la propia Generalitat?
  • ¿Por qué han pasado ya 4 meses desde que se constituyó un gobierno de marcado carácter independentista y aún no se han dado pasos reales hacia ese objetivo?

La pregunta que os hacemos a los lectores de Politiblog es: ¿Seguirá la ANC siendo un actor clave en el proceso soberanista de Cataluña?